a la orilla del día

no soy el mismo a la orilla del día

me siento en plena libertad
de patear los postes de luz
y mirar impune los traseros de la noche

respiro hondo
y tomo el miedo necesario
para caminar
con la desconfianza que se necesita
para disfrutar la oscuridad

la brisa suave en la oreja
y los pollos acumulados de todo un día de escupos
arrojados al pavimento
por la tribu seca

los basureros llenos de la basura que comemos
los borrachos
las putas
los del aseo municipal

libertad de expresión
en la vereda
libres de la censura del sol